Cada vez es más frecuente que los consumidores, incluidos los usuarios de la restauración colectiva y las personas que comen fuera de su hogar, prefieran los huevos alternativos. El interés por la salud, la ecología y el bienestar animal está cobrando una creciente importancia. Esta evolución se debe a un cambio de mentalidad que ha llegado para quedarse, y que se ha visto reforzado por un mayor conocimiento de los modos de producción, gracias a la información que proporcionan los códigos implantados por la Comisión Europea en 2002. Ahora, los comensales desean huevos y ovoproductos alternativos, para consumir menos los de gallinas criadas en jaulas (código 3).
La evolución de las expectativas del consumidor
En el Reino Unido, Alemania y Francia, alrededor de un tercio de la población se declara flexitariana, y para un 84% de los franceses, «la cría en jaulas es una de las peores prácticas ganaderas y hay que acabar con ella». Debido a la evolución de la sociedad, tener en cuenta el bienestar animal y protegerlo está adquiriendo mayor importancia día tras día. Cada vez más franceses y vecinos europeos abogan por una agricultura más sostenible. Una clara señal de que estas expectativas están muy presentes entre los comensales de la restauración colectiva es que grandes empresas del foodservice como Sodexo, Transgourmet, Elior, etc. hayan decidido abastecerse exclusivamente de ovoproductos elaborados con huevos alternativos.
¿Cuál es la respuesta de la normativa?
Los poderes públicos, sobre todo a escala de la Unión Europea, han estipulado normas específicas sobre las condiciones de crianza y las denominaciones. A finales de la década de 1990, la directiva 1999/74/CE planificaba prohibir la crianza en batería tras un periodo de adaptación de trece años. La sustitución por «jaulas acondicionadas» mejoró ligeramente las condiciones de vida de las aves, al aumentar el espacio del que disponían, e introducir algunos añadidos destinados a que pudieran exhibir un comportamiento más natural. Más tarde, la directiva 2002/4/CE implantaba los códigos correspondientes a las condiciones de crianza, proporcionando con ello una mejor información a los consumidores. Esta directiva generó un considerable grado de concienciación.
FRANCIA
En Francia, la ley EGalim, vigente desde el 1 de enero de 2022, incluye un apartado sobre bienestar animal. Este traslado al nivel legislativo fue impulsado sobre todo por la acción de las asociaciones de este ámbito.
REINO UNIDO
En el Reino Unido, la Animal Welfare Sentience Act, vigente desde 2022, reconoce la sensibilidad de los animales y su capacidad para sentir emociones y, por lo tanto, sufrir.
ALEMANIA
En Alemania, se ha establecido un programa de cuatro años (2023-2026) dotado con mil millones de euros para mejorar el bienestar animal. Basado en los trabajos de la comisión Borchert, relativos a la crianza, este plan ayudará a desarrollar buenas prácticas, apoyando especialmente a los criadores en lo relativo a las adaptaciones necesarias.
Los huevos alternativos y orgánicos: una necesidad para el bienestar animal
El etiquetado es decisivo para asegurarse de la calidad de la producción del huevo. El código estampado en la cáscara (desde un número 3 para los procedentes de gallinas criadas en jaulas hasta un número 0 para los orgánicos) es un importante indicador para conocer las condiciones de crianza. Por ejemplo, el código 3 significa que las gallinas disponen de muy poco espacio (18 por m2) y que no tienen acceso al exterior. En cambio, en el caso de las gallinas que producen huevos orgánicos, solamente hay 6 por m2 en el interior, y cada una dispone de 4 m2 en el exterior, además de que su alimentación es 100% orgánica. Iniciativas como la de Cocotine (con el «código 2 bienestar animal», en colaboración con la ONG Welfarm) contribuyen a mejorar las condiciones de crianza: una política de compromiso de los productores, sobre todo en régimen de cooperativa, y una respuesta concreta a las demandas sociales para una mayor exigencia y transparencia. También es el mejor equilibrio al que se ha podido llegar para que los precios sigan siendo asequibles en la restauración colectiva, sin perder de vista el bienestar animal y favoreciendo la evolución del sector.
A los consumidores, sensibles a las condiciones de producción de sus alimentos, les preocupa cada día más proteger el bienestar animal. Los dispositivos reglamentarios han dado respuesta a las expectativas emergentes, y las han amplificado al informar mejor al público. La demanda de huevos alternativos, incluidos los ovoproductos que se sirven en la restauración colectiva, va en constante aumento.
[Ebook] Transición hacia el huevo alternativo
