25 julio 2022

¡El huevo en todas sus formas!

Consumo responsable

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Además de su excelente perfil nutricional, el huevo cuenta con un sólido arraigo cultural. El grato recuerdo de los finos trozos de pan untados con mantequilla que se mojaban en los huevos pasados por agua no es ajeno, sin duda, al lugar que este alimento ocupa en nuestra vida diaria. La yema se desbordaba, el fino trozo de pan desaparecía, y nuestro paladar pedía más. 

Hoy en día, se cocina con todo tipo de salsas y se saborea en todas sus formas. Sus posibilidades son tan variadas que algunos restaurantes «monotemáticos» lo han convertido en el único protagonista de su menú. Celebran el huevo en un ambiente de gallinero con un pajar, cojines mullidos y unos sabores innovadores sorprendentes. Resumen de las mil y una formas de cocinar los huevos.

Nº 1 Huevos revueltos, la flor y nata

Según Auguste Escoffier, «esta preparación es incontestablemente la más fina a la que se pueden someter los huevos; siempre que no se supere el grado de cocción, y que se mantenga suave y cremosa» y para elaborarla dignamente, existen la escuela de la leche y la escuela de la nata, los incondicionales del baño maría, vintage, y los pragmáticos de la cazuela, práctica. 

En cualquier caso, los huevos revueltos invitan al plato a la suavidad y la cremosidad. Nos gustan sencillos aderezados con cebollino muy picado, pero también más elaborados para los exquisitos sibaritas del brunch dominical. Deslumbre a sus comensales con un desayuno de lujo, en el que combina los huevos revueltos con las trufas negras de Italia. 

Nº 2 El huevo mollet y su interior fluido

Entre el huevo pasado por agua y el huevo duro, el huevo mollet oculta sus intenciones: fluido en el interior y bien cocido en el exterior. La yema, espesa pero aún líquida, hará que se derrita en la boca. El huevo mollet combina muy bien con la verdura a la parrilla, los tomates, los calabacines, las berenjenas, el ajo fresco y el cebollino. Es muy apreciado por el comensal elegante, retro y auténtico. Su paladar es sensible a lo rústico y al sabor con carácter.

Nº 3 El huevo pasado por agua se cotiza al alza

Se le concede un real pasado (al parecer, a Luis XV le encantaban), pero su presente no es menos prestigioso. A pesar de su aparente sencillez, el verdadero huevo pasado por agua, el que nos trae los recuerdos de la infancia, es una proeza técnica que puede consumir mucho tiempo en el contexto de la restauración fuera del domicilio. Cocotine le ha dado una nueva vida al precortarlo con láser para facilitar el día a día. Presentado en una bonita huevera rompible y biodegradable, el huevo pasado por agua Cocotine resulta una delicia para el comensal y es un as más bajo la manga del chef.

Nº 4 El huevo a la cazuela: la cocción rompecabezas

Hacer que la clara de huevo se coagule sin que la yema endurezca. Un reto cotidiano que no responde a una técnica definitiva y universal, y esto es lo que constituye todo el encanto de este huevo con nata entera horneado en una cazuela untada de mantequilla. El huevo a la cazuela es el resultado de un cruce sin precedentes entre el arte culinario y la ciencia, con las contribuciones de los químicos físicos Nicholas Kurti y Hervé This. 

Nº 5 El huevo también nos gusta…

…duro (solo o en ensalada y a veces incluso relleno o marmoleado), escalfado (variante estética y más técnica del huevo mollet conocido como «en meurette» cuando se cocina en una salsa de vino tinto y se sirve con pan de ajo tostado), frito (salpimentado) o benedictino (dos mitades de muffin con una loncha de jamón, beicon, salmón y un huevo escalfado encima y cubiertas con salsa holandesa).

 

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Cocotine

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